sábado, febrero 24, 2007
Solo para leer ...
... Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¿Y esto no es importante?
No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos. La noche había caído. Yo había soltado las herramientas y ya no importaban nada el martillo, el perno, la sed y la muerte.
¡Había en una estrella, en un planeta, el mío, la Tierra, un principito a quien consolar!
Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: "la flor que tú quieres no corre peligro…
El Principito (Antoine de Saint-Exupéry)
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