Estar en santiago 11 días y reconocerla como una ciudad amable es lo mejor que me pudo haber ocurrido. Amable a pesar del calor y de los millones de autos que circulan por sus calles. Hermosa en el verde que la rodea, llena de árboles y flores.
Encontrarme con gente acogedora, clara y luminosa. Llegar a oir voces nunca antes escuchadas y reconocer en ellas la dulzura que exponen tras sus escritos.
Días de muchas caminatas y largos kilómetros recorridos, acompañando a grandes amigos.
Participando de meditaciones maravillosas y reencuentros con esas energías sanadoras. Emocionarme nuevamente al saber que las puedo sentir y tener claro que ese Universo Espiritual tan querido, me está entregando día a día todo lo que le he pedido y que mi vida se está haciendo mas fácil muy generosa y amorosa.
Reconocer nuevamente que mi intuición no se equivoca y agradecer cada nuevo día por la confianza que depositan en mí.
En resumen, confirmar nuevamente que el dejar esta ciudad, a la que he vuelto hoy por última vez pues mi próximo viaje será casi sin retorno, ya que volveré a ella tal vez solo alguna vez de vacaciones, me deja ese dulce sabor de saber que esas decisiones a veces tan difíciles de tomar no estaban equivocadas y que este cambio de casa, de paisaje y de vida, será genial.
Eso … annita
Hoy, alegría,
encontrada en la calle,
lejos de todo libro,
acompáñame:
contigo
quiero ir de casa en casa,
quiero ir de pueblo en pueblo,
de bandera en bandera.
No eres para mí solo.
A las islas iremos,
a los mares.
A las minas iremos,
a los bosques.
No sólo leñadores solitarios,
pobres lavanderas
o erizados, augustos
picapedreros,
me van a recibir con tus racimos,
sino los congregados,
los reunidos,
los sindicatos de mar o madera,
los valientes muchachos
en su lucha.
Contigo por el mundo!
Con mi canto!
Con el vuelo entreabierto
de la estrella,
y con el regocijo
de la espuma!
Voy a cumplir con todos
porque debo
a todos mi alegría.
No se sorprenda nadie porque quiero
entregar a los hombres
los dones de la tierra,
porque aprendí luchando
que es mi deber terrestre
propagar la alegría.
Y cumplo mi destino con mi canto.
(Fragmento Oda a la Alegría - Pablo Neruda)
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