domingo, diciembre 30, 2007
sábado, diciembre 29, 2007
Encuentros ...
Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.
Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?
Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.
Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.
Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?
Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.
Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.
viernes, diciembre 28, 2007
martes, diciembre 25, 2007
Un regalo de Navidad ...
(Carlos Smith)
presentí que eras sólo un gran ojo,
un ojo de siete gamas
que miraba en paz la vida celeste del mar,
y las arenas desnudas del norte,
desde las medusas a las alturas cordilleranas.
Te intuí curiosa de la luz,
esa luz perfecta y transformadora
que suele bajar a recordarnos
que el yo eterno nos habita
y que pertenecemos a la tierra padre,
y al universo madre
que parió la vida en el infinito,
en el todo y en la nada.
Eras entonces la cíclope invisible
que aguardaba que el cosmos
cruzara tus caminos con la cocreación.
Eras la que esperaba la inteligencia infinita,
el conocimiento absoluto
la dimensión eterna,
para construir más andamios de luz
más posibilidades, más existencia cotidiana,
en estos tiempos, en la dualidad.
Entonces escuché tu mar,
tu voz de madre inmensa,
tu zumbido acogedor,
tu puerta desplegándose.
Lo inasible separó tu lejanía
y te vi llegar sonriente,
plateada, azul, rosa, verde
y advertí que eras una cíclope de tres ojos,
de tres ojos certeros e invisibles,
de tres ojos silenciosos e invulnerables,
ojos que ven lo que no existe,
que crean lo impalpable,
y que intencionan el amor
hacia todo lo viviente.
sábado, diciembre 01, 2007
Navidad...
Quisiera
Armar en estos
Días
Un árbol dentro de mi
Corazón
Y colgar en lugar de regalos,
Los nombres
De todos mis amigos. Los de cerca
Y los de lejos. Los de siempre y los de
Ahora
Los que veo cada día, y los que raramente
Encuentro,
Los de siempre recordados, y los que a veces se me
Olvidan
Los constantes y los inconstantes, los de las horas
Difíciles, y los de las horas alegres. A los que sin querer
Herí, sin querer me hirieron. Aquellos a quienes conozco
Profundamente, y aquellos a quienes conozco apenas por sus
Apariencias
Los que me deben, y a quienes debo mucho. Mis amigos humildes
Y mis amigos importantes. Los nombro a todos y a los que pasaron
Por mi vida.
Un árbol de raíces profundas para que sus nombres nunca sean arrancados
De mi corazón, y que al florecer el año próximo traiga esperanza, amor y paz,
Y en la Navidad, Señor, nos podamos encontrar para compartir uvas de
Esperanza
Poniendo un poco
De felicidad en aquellos
Que todo lo han perdido