sábado, septiembre 23, 2006

Y se fué el invierno ...

así sin mas, sin reclamar siquiera. Si me pusiera nostálgica y recordara mi santiaguina vida, debo decir, que extraño su lluvia y esos enormes relámpagos acompañados de esos ruidosos truenos que de chica me hacían correr y esconderme o abrazarme fuertemente en los brazos del papá que estuviera mas cerca y que me pudiera proteger. Pero también viene a mi memoria una de mis actividades favoritas durante esas frias tardes invernales, tomar un buen libro y disfrutarlo de principio a fin.

Y, bueno fué ahí, cuando nos encontramos por vez primera, el siempre recordado y tan leido Principito ... aventuras no bien entendidas cuando tienes pocos años, pero de lecciones y enseñanzas cuando ya ha pasado el tiempo ...

Hoy, mágicamente volvió a mis manos y me trajo recuerdos de éste invierno, el que no tuvo ni lluvias ni relámpagos sino que muchos días de sol, ese tibio sol que se acomoda en tu corazón, ese sol que te encuentra cuando ya lo veias escapar tras las nubes, ese que te hace pensar que ciertamente existe la felicidad. Ese sol es quien y como dice el libro, ... te anuncia que ¨ ... en algún lugar del mundo, existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza, candor e inocencia, harán despertar de su letargo a mi alma, mi corazón y mis riñones. ¨ ese que en simples palabras te cuenta que ... ¨Existe... rodeada de amapolas multicolores, filtrando todo lo bello a través de sus ojos aperlados, cristalinos y absolutamente hermosos...¨

Y así tan simple se fué el invierno, pero deja una huella que te hace pensar que esta primavera será cálida y delicada, aunque no sé si tan inocente ... @

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